Un hombre compra una casa a una pareja que la había construido en los años 70: descubre un agujero en el jardín, lo examina y revela un secreto inesperado.

El atractivo de los edificios antiguos va más allá de su arquitectura: encierran ricas historias históricas. Aunque la expresión «Si estas paredes pudieran hablar» pueda parecer un cliché, despierta la curiosidad sobre las vidas y relatos que se desarrollaron entre esas paredes deterioradas. De niño, me fascinaba la mansión del siglo XVIII de mis abuelos, que había cambiado varias veces de propietario a lo largo de los años.

Siempre me ha cautivado la idea de reflexionar sobre la vida de las personas que habitaron allí en el siglo XIX y de imaginar cómo era la región antes de su urbanización. Es sorprendente ver cuántas personas desconocen la historia oculta de su propia casa. Simon Marks, originario de Luton, Inglaterra, vivió una experiencia similar cuando descubrió, justo frente a su jardín, un inesperado secreto histórico.

Hace algunos años, Simon hizo un sorprendente hallazgo debajo de su propiedad: un refugio antiaéreo de dos habitaciones de la Segunda Guerra Mundial. Lo encontró por casualidad cuando accidentalmente pasó por encima de lo que parecía ser un parterre de flores y se dio cuenta de que su vehículo había caído en una estructura oculta. “Eso creó un gran agujero. Primero pensé que se trataba de un hundimiento de terreno o un jardín mal diseñado”, dijo Simon, de 37 años, al diario The Sun.

Temiendo que toda la casa pudiera colapsar en el agujero, Simon decidió examinar la situación más de cerca. Al mirar atentamente, notó una escalera y, usando un palo para selfies, se dio cuenta de que había descubierto un refugio antiaéreo de la Segunda Guerra Mundial. Cuando mostró las imágenes a su padre, este reconoció de inmediato el refugio y le explicó su valor histórico.

Cuando Simon compró la casa a una pareja mayor que la había construido en los años 70, supuso que los antiguos propietarios conocían la existencia del refugio. “El propietario anterior debía saber que estaba allí, y al construir la casa y luego hacer el jardín, probablemente lo llenó de tierra”, pensó. Pero lejos de desanimarse por este inesperado descubrimiento, Simon se lanzó con pasión a la preservación y restauración de este refugio, que consideraba un fascinante testimonio del pasado.

Decididos a desenterrar toda la estructura, Simon y su padre comenzaron excavaciones minuciosas, utilizando cubos para sacar la tierra. Sus esfuerzos, documentados en un video, ponen de manifiesto los tesoros históricos insospechados que pueden esconderse en nuestro entorno cotidiano.

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