Estas hermanas siamesas nacieron en el año 2000 y estaban unidas desde el pecho hasta la pelvis; tenían dos torsos, pero compartían órganos internos 😱. Cuando las niñas tenían 7 meses, los médicos decidieron separarlas. La operación, que duró 31 horas, fue un éxito y ambas sobrevivieron 😍.
Lo más sorprendente es que una de las hermanas recientemente se convirtió en madre 💖. ¿Quieres saber cómo se ven 25 años después de la separación?
Charity y Kathleen Lincoln nacieron el 21 de febrero de 2000 en Seattle. Su caso era extremadamente raro: las niñas estaban unidas desde el pecho hasta la pelvis. Tenían dos torsos, pero compartían órganos internos —el hígado, los intestinos y los órganos pélvicos—.
Además, de sus cuerpos sobresalía una tercera pierna subdesarrollada, de la cual no podían hacer uso.

El nacimiento de las gemelas fue una dura prueba para la familia. Los médicos entendían desde el inicio que, para darles una oportunidad de llevar una vida normal, era necesario separarlas. Sin embargo, la operación implicaba un riesgo enorme, tanto por la complejidad de su anatomía como por la corta edad de las pacientes.
Cuando Charity y Kathleen cumplieron unos siete meses, un equipo de treinta especialistas del Seattle Children’s Hospital tomó la decisión histórica.
Durante 31 horas, cirujanos, ortopedas, urólogos y anestesiólogos trabajaron para separar a las hermanas, reconstruir sus órganos y redistribuir los tejidos.
Cada niña recibió una pierna y un tracto intestinal independiente. El resultado fue exitoso: ambas sobrevivieron y comenzaron a recuperarse poco a poco.

Después de la operación, su vida no fue fácil. Fueron necesarias numerosas terapias de rehabilitación, controles médicos constantes y el apoyo incondicional de sus padres.
Aun así, las hermanas crecieron, estudiaron y lograron adaptarse. En la adolescencia ya llevaban una vida prácticamente normal, enfrentando solo algunas limitaciones dejadas por la cirugía.

Un momento especialmente simbólico llegó en 2021. Charity, ya convertida en una mujer adulta, dio a luz a su hija Alora en el mismo hospital de Seattle donde, dos décadas antes, ella y su hermana habían sido separadas.
Aún más conmovedor fue que en su equipo médico volvió a estar el doctor John Waldhausen, el mismo cirujano que participó en aquella operación que marcó sus vidas.