Durante un viaje de negocios, el esposo le pidió a su esposa que le enviara una foto: “Mándame una foto tuya, te extraño”. La esposa se tomó un selfie impactante y se lo envió. Un minuto después, el esposo pidió el divorcio.
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Chloni era una de esas modelos cuyas fotos captaban todas las miradas. Caminaba con seguridad por las pasarelas, luciendo elegantes atuendos de los diseñadores más reconocidos, pero los verdaderos ingresos le llegaban por otro tipo de sesiones: en estilo «nude».
Donde no había ropa, había honorarios altos y también una magia especial que ella sabía transmitir con la mirada y las poses.
Sin embargo, la carrera no era lo único que ocupaba sus pensamientos. Al conocer a un encantador y exitoso gerente llamado Jack, Chloni comprendió rápidamente que no se trataba de un romance pasajero.
Su relación avanzó con rapidez. Y un día, durante un paseo, Jack se detuvo, sacó de su bolsillo un delicado anillo con diamantes y le preguntó si quería casarse con él.
Chloni respondió “sí” sin dudar, pero en ese mismo instante escuchó una condición que Jack le planteó. No quería que su futura esposa continuara posando desnuda.
Ella entendía cuán importante era eso para él y, motivada por una nueva etapa en su vida, prometió que no volvería a hacer ese tipo de sesiones.
Meses después, celebraron una lujosa boda, y durante la ceremonia, Jack le puso un anillo aún más ostentoso. “Nunca te lo quites”, le susurró.
Al principio, todo era perfecto. Pero con el tiempo, Jack se ausentaba cada vez más por trabajo, que lo absorbía por completo. Chloni, por su parte, comenzó a notar que su popularidad en el mundo del modelaje disminuía poco a poco, y empezó a sentir aburrimiento y una falta de realización.
Entonces, un día, mientras Jack estaba otra vez de viaje, le envió un mensaje:
“Mándame una foto tuya, te extraño”.
Chloni se tomó de inmediato un selfie impactante y se lo envió. Pero en el mismo instante de enviarlo, su corazón se detuvo.
Recordó que, durante una sesión de fotos el día anterior, había olvidado volver a ponerse su anillo de boda.
Sí, a escondidas de su esposo, había vuelto a hacer sesiones de fotos «nude». Era su pasión, su forma de expresarse, y además, una fuente considerable de ingresos. Pero ella sabía que Jack no se lo perdonaría.
La respuesta llegó de inmediato:
“¿Dónde está el anillo?”
Ella sabía que se venía un escándalo.
Cuando Jack regresó, la conversación fue larga y difícil. No gritó ni la culpó, pero en sus ojos se notaba el dolor. Sin embargo, durante la conversación, Jack se dio cuenta de que, al imponer una prohibición, le había quitado a su esposa no solo una fuente de ingresos, sino aquello que más amaba hacer en la vida.
Finalmente, encontraron un punto medio. Jack entendió que, si quería ver feliz a su esposa, debía aceptarla tal como era. Y Chloni, por su parte, comprendió que la honestidad en una relación es más importante que cualquier secreto.
