Los zoologistas han descubierto que las tortugas viven más tiempo que la mayoría de los demás animales en nuestro planeta.
Revelaron que muchas especies viven hasta 100 e incluso 200 años, y que algunos adultos de estos reptiles extraordinarios pueden pasar hasta seis meses sin comer.
La historia de una tortuga llamada Manuela es la prueba de ello.
Manuela es una tortuga perdida que fue encontrada por casualidad por sus propietarios después de 30 años.
La propietaria de la casa, Natalie De Almeida, decidió ordenar el desván en el que había muchas cosas viejas.
Entonces, en una de las cajas, encontró una tortuga viva y bien alimentada. La mujer se dio cuenta de que era su mascota, Manuela.
Según la publicación británica The Daily Record, al principio, la tortuga pertenecía a la madre de Natalie y, más tarde, la niña empezó a cuidar del reptil ella misma.
En 1982, Natalie tenía ocho años, cuando un día descubrió que la tortuga había desaparecido. Los adultos decidieron que se había escapado durante la renovación de la casa y, después de un tiempo, dejaron de buscarla.
En 2013, después de la pérdida del padre de Natalie, sus familiares decidieron ordenar sus cosas en el desván y, para su gran sorpresa, encontraron a Manuela.
Natalie compartió sus emociones: «Nos quedamos asombrados. Llamé a mi madre y ella llegó inmediatamente, muy emocionada. Nadie podía creer que Manuela había sido encontrada».
Según los expertos, la tortuga logró vivir tanto tiempo gracias a las larvas de termitas, que también fueron encontradas en el desván durante las inspecciones.
Después de un emotivo encuentro con su propietaria, Manuela fue llevada al veterinario para un examen. Y luego, la familia tuvo otra sorpresa: la tortuga resultó ser un macho.
Así que cambiaron su nombre y ahora se llama Manuel.
Natalie y su familia se alegraron mucho de este descubrimiento increíble e inesperado. Su mascota regresó después de 30 años y sigue viva.